En el año 1184, siete años después de la toma de la Ciudad de Cuenca, las tropas castellanas del gran rey Alfonso VIII, tomaron el castillo de Alarcón y todas sus posesiones, entre las que se incluían las tierras de Tébar.
cabecera de la iglesia, antaño lugar donde se erigía la fortaleza de Tébar |
El paso de estas tierras de manos musulmanas a manos cristianas supuso un cambio importante, Tébar y su pequeña fortaleza fueron un enclave estratégico para Alarcón.
Aunque el desarrollo de estas tierras se verá mejorado cuando en 1241, tras la caída
de Chinchilla de Montearagón y su aldea la hoy ciudad de Albacete, por las tropas de Alarcón provocaría una mejor
organización del territorio y el inicio de una explotación económica de sus
recursos. Será en este momento cuando cobren importancia los cultivos de
cereal, junto con las cabezas ganaderas y la trashumancia, pasando el control
de las mismas a manos feudales.
A lo largo de
la Baja Edad Media la historia de Tébar corre paralela la de Alarcón, al ser
una aldea de este pueblo, que pertenece al Señorío de Villena.
En el siglo XVI
Tébar adquiere la jurisdicción de Lugar, lo que significa un primer paso para
la independencia de Alarcón, lo que se producirá en el año de 1635, pasando a
ser villa independiente de Alarcón.
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