El siglo XIX, continuo siendo
similar con algunos altibajos, aunque perdiendo parte de su termino a favor de
Cañada Juncosa que se constituyó en municipio en 1835, unificando los cuatro
barriadas que lo integraban y que pertenecían a cuatro ayuntamientos
diferentes: Tébar, Cañavate, Honrubia y Vara de Rey.
Durante este siglo, nacieron en la
villa de Tébar dos personajes muy importantes vinculados a la historia española
y a la historia de una de las últimas colonias del antaño poderoso Imperio
Hispánico, las Filipinas.
El primero de ellos fue
el celebre poeta y periodista Froilán Carvajal y Rueda
(Tébar, Cuenca, 1830 - Ibi, Alicante, 1869) que fue un verdadero hombre de
acción, idealista; fue un gran poeta,
aunque, destaco más por su faceta revolucionaria a favor de la causa
progresista y republicana.
Llegando a secundar varias revoluciones, la última de las cuales
le costo la vida; pues fue fusilado en la cárcel de Ibi (Alicante) el 8 de
octubre de 1869, tras ser apresado por las tropas del general Arrando, el día 1
de dicho mes, por participar en el intento de proclamación de la Republica
Federal.
El otro gran tebereño fue Don Isauro Gabaldón (1875 – 1942), nació en Tébar el 08 de diciembre 1875, curso sus primeros estudios en Tébar,
Quintanar del Rey y Villanueva de la Jara;
estudió Derecho en Madrid, poco antes de la perdida de Filipinas, emigró
allí, donde se graduó en la Universidad Santo Tomas, Manila, Islas Filipinas,
en 1900, ejerció como abogado desde 1903 hasta 1906, fue gobernador de la
provincia de Nueva Écija, durante dos periodos: en 1906 y entre 1912 y 1916, en cuyo intervalo fue miembro de la cámara de Representantes de
Filipinas desde 1907 hasta 1911; luego se convirtió en senador del Senado
filipino entre 1916 y 1919; en 1920 fue elegido como Comisionado Residente en
los Estados Unidos en 1920, reelegido en 1923 y 1925, cargo que desempeñó desde
04 de marzo 1920, hasta su renuncia efectiva 16 de julio 1928, tras ser nominado para la elección de la
casa de Representantes de Filipinas; murió en Manila, Islas Filipinas, 21 de
diciembre 1942; entierro en el Cementerio Norte de Manila.
El siglo XX fue un siglo nefasto,
las consecuencias de la Guerra Civil Española fueron terribles, hambre y
miseria; si bien, durante la Guerra el pueblo apenas lo noto, aunque se
cometieron muchas barbaridades especialmente contra el patrimonio religioso,
destruyendo imágenes de un gran valor artístico; sin embargo, la otra cara de
la moneda, fue el clero, que fue protegido, incluso por los propios republicanos de Tébar. Durante los años 50 y 60 el pueblo se recupero bastante aunque
las condiciones siguieron siendo precarias, todo ello unido a una mecanización
de las tareas agrícolas que se fue generalizando en este siglo, empezó a soltar
lastre de trabajadores que sobraban para dichas tareas, lo que obligo a muchas
familias a emigrar ante la falta de futuro en un pueblo eminentemente agrícola
y ganadero; este éxodo provoco un descenso brutal de la población en apenas cuarenta años se paso de casi mil
seiscientos mil habitantes durante los años cincuenta hasta los trescientos
ochenta habitantes de finales de siglo XX y principios de siglo XXI.
Aunque, en la actualidad, el pueblo de Tébar ha evolucionado mucho, sigue acusando la falta de un sector secundario potente que complemente a la principal fuente de recursos de las gentes de Tébar, que no es otro que el sector primario, la agricultura y la ganadería. La ausencia de ese sector secundario o industrial puede ser sustituida por la industria turística e de ahí el principal objetivo de este blog; aunque para ello, no basta solo con la iniciativa de una o unas pocas personas; sino que hace falta la colaboración de todas las personas de Tébar, tanto residentes como de aquellas que por motivos laborales residen en otros lugares, pero que quieren que el pueblo prospere.
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